Vientos del pueblo
Vientos del pueblo me llevan, vientos del pueblo me arrastran, me esparcen el corazón y me aventan la garganta. Pienso en estos versos de Miguel Hernández cuando siento aventada la garganta, no me pasa la tarta de cumpleaños, a cuenta de lo que ven mis ojos, oyen mis oídos. El cúmulo de despropósitos, el catálogo de tonterías que se desgranan en los medios y quienes lo usan de plataforma para su disparate, a cuentas de la celebración del 12 de Octubre, hoy Fiesta Nacional, ayer Día de la Hispanidad, o de la Raza, según la quimera imperial de cada tiempo, y el desideratun de los acontecimientos que rodean el momento político. El pulso entre quienes quieren que muramos "vestidos de humildad y olor a cuadra" o quienes como "águilas y leones", como "toros de arrogancia" piensan que "si me muero que me muera con la cabeza muy alta" que "la agonía de los bueyes, tiene pequeña la cara". Y me digo, otra vez, las élites queri