Entradas

Mostrando entradas de mayo, 2014

Carretas y carreteros, caballos y caballistas

Imagen
Subo a escribir, a poner negro sobre blanco las emociones, las vivencias que se amontonan atropelladas cuando en la puerta de mi casa caen los pétalos de rosa que desde el balcón de enfrente hacen llover sobre la carreta, la "Carreta Vieja" , que tras una nueva restauración ha salido a caminar por las calles del pueblo.  Fue en el año 2005 cuando la "Carreta Vieja" de madera hizo por última vez el camino, sustituyendo a la de plata. La epidemia de lengua azul de ese año dejó a los bueyes en los establos, y era aconsejable utilizar la carreta de madera, menos pesada que la de plata, para que el  camino fuese mas liviano a los caballos bretones que hicieron ese año de tiro. ¡Cerca de una década ya de eso! Seguimos esperando curiosos el futuro, pero es inevitable que en el otoño de la vida  empiecen a pesar en nuestro relatos las vivencias del pasado. Y cosas como la de hoy reverdecen los recuerdos. Carreta, vieja herencia que mi padre me dejara p

Aceitunas, almendras, alcauciles y azofaifas.

Imagen
Dice un proverbio chino que si quieres ser feliz cinco años hazte rico, si quieres serlo toda la vida hazte campesino. Un buen amigo agobiado por las vicisitudes e incertidumbres de agricultura y ganadería, rebate con conocimiento de causa el proverbio, que según él es otro cuento chino. Yo no estoy seguro de que el campo dé la eterna felicidad, pero si que da más equilibrio y armonía que cualquiera de las actividades que he realizado en mi vida. Por eso en cuanto tuve ocasión volví al campo, claro que volví con algo de truco. Nada de sufrir con las temporadas intensas del verdeo que tanto me estresaron , cuando para contentar a Mamá me hacía cargo de su gestión distrayendo el escaso tiempo de mis otras obligaciones profesionales, tan distintas y distantes, que diría nuestro efímero Presidente Calvo Sotelo. A ese menester tan azaroso, cansado y poco rentable le dimos puerta mis hermanos y yo de mutuo acuerdo, ahora contemplo el verdeo desde la cómoda distancia de no tener que